domingo, 11 de diciembre de 2011

Sueños, por Mona El Awady*


Hace unos días, he escuchado una historia sobre un joven egipcio, que se llama Khaled. Este joven ama  mucho a Egipto y no quiere vivir en otro país en todo el mundo. Khaled se siente un poco desesperado por la situación egipcia de estos días y la decadencia de la economía, de la política externa e interna, y de la enseñanza que hace que los egipcios odien leer. Así, igualmente, tampoco le gusta que alguien que gobierna a los egipcios mate a los revolucionarios. Como consecuencia, Khaled creyó que la revolución falló con la muerte sin utilidad de sus compañeros últimamente en la plaza del Tahrir, en noviembre 2011, porque el gobierno finalmente hizo lo que quiso sin dar cuenta de las peticiones de los demás. Como resultado de esta creencia, Khaled empieza a perder su fe en la revolución y en cualquier proceso de cambio a causa de la pérdida de la libertad. Por eso, Khaled quiere emigrar  a Europa y guarda su sueño de un futuro nuevo de Egipto lleno de gloria y libertad que cree que no puede realizarse. En el ultimo día quiso saludar a su país; salió por las calles hasta ver un anuncio sobre una película en que se utiliza una time machine. Khaled empieza a  imaginar que puede viajar por el tiempo, pero ¿a qué época?

Piensa en el pasado más lejano, en la época de los faraones que hicieron una civilización muy avanzada y maravillosa. Piensa en un rey que hubiera podido unir a todos los egipcios y de repente recuerda al rey Mina Narmar que se considera el primero que unió a los egipcios y unió el norte y el sur de Egipto en un solo país. Khaled cree que si Egipto de estos días hubiera tenido uno como él, se podría superar esta época tan dura, pero en el mismo momento recuerda cómo Mina luchó para realizar su deseo de un pueblo unido. Khaled siente la vergüenza de vivir con él porque no pudo continuar lo que comenzó… Piensa en otro y otro y el resultado es similar.   

                        
 Khaled cambia su pensamiento hasta una época más cercana, por ejemplo, la de monarquía, pero rápidamente recuerda a los jóvenes luchadores muy famosos de la historia egipcia, como Ahmed Orabi, Mustafa Kamil, Saad Zaguelol y cómo realizan sus metas. Khaled  sienta vergüenza; piensa en cambiar la época, a los años cincuenta y a la revolución de 1952 y cómo un grupo de jóvenes militares hacen la nueva historia de Egipto y pudieron terminar el tiempo de la monarquía y empezaron la republica. Khaled recuerda porqué esos jóvenes la hicieron, después de la muerte de sus compañeros por la corrupción de la monarquía en Palestina, recuerda a Gamal Abd el Nasser, Anwar el Sadat. Por tercera vez, Khaled sienta la vergüenza.

  
 Khaled comprende que su selección del pasado no era buena idea y como consecuencia piensa en caminar hacia el futuro egipcio, pero no lo conocerá. Para realizar eso empieza a  recordar los deseos y esperanzas que escuchó en el Tahrir. Por lo que consigue, imagina que vivirá en el año 2020. Khaled pintará un país totalmente diferente del que vivimos en los tiempos de Mubarak. Imagina que todos los egipcios vivirán en casas civilizadas y desaparecerán los barrios marginados y sus casas de maderas.

Imagina que la enseñanza pública, que está bajo la dirección del gobierno, es la mejor en el país, será más avanzada que la privada. Imagina que la gente leerá cada día como mínimo una hora. Imagina una economía muy fuerte, que depende de los egipcios, no de la ayuda de Estados Unidos. Imagina que hay muchos científicos egipcios muy famosos en todo el mundo en todos los campos de la Ciencia.
                                                           
Imagina que hay democracia y libertad en la vida política y que los jueces egipcios  son los más justos en todo el mundo. Imagina una asamblea general  de jóvenes de todas las corrientes políticas. Imagina que toda la gente trabaja y ganan lo mínimo para poder comer y vivir como seres humanos, no por debajo de ellos. Imagina que no hay mendigos.

 
Imagina que muchas turistas no vienen por nuestros monumentos, sino para ver nuestras factorías, universidades, nuestro país tan limpio, y para pasar unos días con los egipcios, que son muy buenos y los turistas les admiran. Imagina al presidente de Egipto, uno de cincuenta años como máximo, no de ochenta como en el pasado.

 Imagina que Egipto se convertirá en el ejemplo más famoso de la convivencia entre musulmanes y cristianos y vivirán según una constitución muy justa que determina los derechos y los deberes de cada uno.


 Imagina un país que respeta a los ciudadanos a través de una policía que los protegerá y no los mata. Khaled imagina muchas cosas de Egipto.


 Pero descubre que está parado en la calle, en diciembre de 2011 y no en 2020. y recuerda que tendrá un vuelo mañana y tiene que volver a su casa. Durante el camino, Khaled piensa en todos los mártires de la revolución. Desde la historia, Khaled conoce que para cambiar tendrá que luchar y luchar y no debe perder el fe en lo que cree. Khaled entra su casa y rompe su billete y decide insistir en su sueño y realizarlo. Khaled siente mucha esperanza y confianza  en el futuro y al final comprende que la gloria no se realiza con facilidad.



* Mona El Awady es licenciada por la Universidad de El Cairo

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